Ya no hay reparos ni remilgos con esta coalición. Es un matrimonio de conveniencia que cuenta con la bendición de buena parte del poder empresarial y –valga la redundancia– de la mayoría de los medios de comunicación.
La Junta de Castilla y León ha dejado de ser la excepción. Desde este sábado, la derecha española ata su futuro a la extrema derecha y van a empezar a gobernar en Valladolid, Burgos, Toledo, Guadalajara, Ciudad Real, Elche, Huelva…
Se pueden ver los detalles en la infografía de eldiario.es denominada el nuevo mapa del poder municipal.
Casi nadie desde la derecha ha cuestionado estos pactos con la extrema derecha, a diferencia de lo que ocurre en Francia o Alemania, donde el ascenso ultra sí ha generado un amplio repudio de buena parte del poder conservador. ¿Un ejemplo? Basta con escuchar las recientes palabras del líder del principal partido de la derecha alemana, Friedrich Merz, sobre posibles acuerdos con la extrema derecha: “Jamás pactaremos con esta gente, son xenófobos y antisemitas”
Y por último, algo que parece evidente: A Feijóo “no hay que juzgarle por lo que dice sino por lo que hace”. Que suele ser exactamente lo contrario a lo que afirman sus palabras.
La Junta de Castilla y León ha dejado de ser la excepción. Desde este sábado, la derecha española ata su futuro a la extrema derecha y van a empezar a gobernar en Valladolid, Burgos, Toledo, Guadalajara, Ciudad Real, Elche, Huelva…
Se pueden ver los detalles en la infografía de eldiario.es denominada el nuevo mapa del poder municipal.
Casi nadie desde la derecha ha cuestionado estos pactos con la extrema derecha, a diferencia de lo que ocurre en Francia o Alemania, donde el ascenso ultra sí ha generado un amplio repudio de buena parte del poder conservador. ¿Un ejemplo? Basta con escuchar las recientes palabras del líder del principal partido de la derecha alemana, Friedrich Merz, sobre posibles acuerdos con la extrema derecha: “Jamás pactaremos con esta gente, son xenófobos y antisemitas”
Y por último, algo que parece evidente: A Feijóo “no hay que juzgarle por lo que dice sino por lo que hace”. Que suele ser exactamente lo contrario a lo que afirman sus palabras.