En Menorca, una familia de cinco mujeres, guiadas por la vieja Mencía (la matriarca de la familia), se adentran en un viaje en barca a la Isla del Aire.
La desaparición de Helena, la nieta mayor de Mencía, está muy presente en la mente de la familia y, durante esta excursión, Mencía obligará a sus hijas y nietas a enfrentarse a la verdad y a los secretos que ocultan.
La desaparición de Helena, la nieta mayor de Mencía, está muy presente en la mente de la familia y, durante esta excursión, Mencía obligará a sus hijas y nietas a enfrentarse a la verdad y a los secretos que ocultan.
Así como la sal escuece cicatrizando las llagas, de la misma manera duele escuchar las verdades que no se quieren oír. Afrontar el abandono, la soledad, la ira, la frustración, se lleva mejor en compañía. Y esto lo sabe bien la más anciana de todas, la abuela, Mencía (Núria Espert), quien está al tanto de todo lo que les pasa a las mujeres de su familia. A sus descendientes.
Sólo depurando el pasado, se puede pasar página, es lo que sostiene el autor de la novela. La isla del aire es una necesaria catarsis de sus personajes, con diálogos ácidos, a veces, sarcásticos, otras, y jocosos por parte de la abuela, la siempre maravillosa Núria Espert. La matriarca ya de vuelta de todo y a quien no le importa nada.