Un discurso que todavía hay gente que no lo ha entendido
o querido asumir en su totalidad.
Pero la realidad es tozuda y a veces nos da la razón.
Han sido muchos, y muy variados, los momentos en los que la sociedad vasca ha manifestado su rechazo a la violencia. Como lo ha hecho, por otra parte, cada vez que libre y soberanamente ha participado en las sucesivas convocatorias electorales apoyando mayoritariamente fuerzas políticas que han renunciado a la violencia para sacar adelante sus proyectos. Nada más lejano, pues, de la imagen de una sociedad apática, pasiva y atemorizada.
La Paz que reivindicamos es una paz para todos, porque no rechaza ninguna idea o proyecto defendido por medios pacíficos y democráticos. Hemos renunciado a la violencia y hemos optado por la palabra, la razón y el diálogo. La paz para siempre que anhelamos sólo puede ser fruto de la recuperación para la sociedad de todos aquellos que toleran, se sirven o utilizan la violencia. Se trataría de reconducir este colectivo hacia una sociedad abierta, plural y sólo entonces reconciliada.
Este premio va especialmente dirigido a todos aquellos ciudadanos y ciudadanas que un día decidieron manifestar públicamente su rechazo a la situación de violencia que vivimos, realizando este acto en su pueblo, en su barrio, en su lugar de trabajo, delante de sus conciudadanos, y que continúan manteniendo esa actitud de manera firme y permanente.
Con este premio a la Concordia se ha dado un paso importante en el proceso de superación del desencuentro que la violencia ha podido generar entre Euskal Herria y el resto del Estado español.
La Paz que reivindicamos es una paz para todos, porque no rechaza ninguna idea o proyecto defendido por medios pacíficos y democráticos. Hemos renunciado a la violencia y hemos optado por la palabra, la razón y el diálogo. La paz para siempre que anhelamos sólo puede ser fruto de la recuperación para la sociedad de todos aquellos que toleran, se sirven o utilizan la violencia. Se trataría de reconducir este colectivo hacia una sociedad abierta, plural y sólo entonces reconciliada.
Este premio va especialmente dirigido a todos aquellos ciudadanos y ciudadanas que un día decidieron manifestar públicamente su rechazo a la situación de violencia que vivimos, realizando este acto en su pueblo, en su barrio, en su lugar de trabajo, delante de sus conciudadanos, y que continúan manteniendo esa actitud de manera firme y permanente.
Con este premio a la Concordia se ha dado un paso importante en el proceso de superación del desencuentro que la violencia ha podido generar entre Euskal Herria y el resto del Estado español.