
Y van tropecientas. Tras el asesinato de un policía en los alrededores de París a manos de ETA los que últimamente se llenaban la boca con mensajes de cambio, deseos de paz y de ajustarse a las reglas de las sociedades democráticas han callado cobarde y vilmente una vez más ante otro asesinato de la organización terrorista. Han vuelto a perder otra oportunidad, y van demasiadas, de mostrar públicamente que tienen una voz diferenciada de los que siguen apostando por el uso del gatillo.

Y cuando crean que a algunos "flojos de memoria" el último asesinato les resulte ya un poco lejano, volverán a llenar algunos titulares con supuestos "deseos de paz y de acuerdos políticos de bla, bla, bla" ... y algunos escucharán lo que sus aparatos auditivos quieren oír, se volverán "blanditos" ante semejante esperpento y de nuevo se escucharán consignas de unidad de acción etc ... etc ... Y la rueda seguirá girando torpe y aburrida.
Afortunadamente cada vez son menos los que se creen esas historietas. Los alardes de sumisión y cobardía que muestran en estas ocasiones no se nos olvidan cuando días mas tarde salen ante los micrófonos para reivindicar lo que en cualquier caso, sea más o menos justo, sin duda, es un derecho posterior al mas importante de todos: el derecho a la vida.