Al señor Oreja no le faltan ganas de montar su bronquilla particular para que no nos olvidemos de que él sigue estando ahí, aspirando a las más altas responsabilidades que la derecha más bronca pueda otorgarle. Y no desaprovecha la ocasión para meter el dedo en la llaga.
Seguramente que no es casualidad que coincidiendo con los funerales de la última victima terrorista el que fue ministro del interior y candidato a Lehendakari (¡Uf! ¡De la que nos libramos!) diga claramente que el presidente ZP que en esos momentos estaba con el presidente de la República por la puerta de atrás se encontraba negociando con los asesinos. Olfato político que se dice.
A algunos nos parece que lo que realmente le jode es que su propio partido esté ahora de acuerdo en lineas generales con la política marcada desde Moncloa. En cambio,tampoco hace tanto tiempo que le comía los mocos al anterior seretario general de los socialistas vascos y veía entre los dos partidos un acuerdo sin fisuras. Hubiera sido bonito también ver y oír las conversaciones de este iluminado con su jefe de gabinete, el anterior presidente bigotudo, cuando Aznar decía que estaba negociando con el MLNV, ¿os acordáis? ¿Se le quedarían las orejas heladas!
En fin,que no se caracteriza tampoco por presentar una trayectoria recta y equilibrada. Y desde luego, esta semana ha desaprovechado un momento fantástico para estar callado.