Durante varias décadas, al igual que otros muchos, Jesús ha sido amenazado por ETA y perseguido por la trama civil que ha justificado la violencia y explicado los asesinatos de compañeros de Jesús como consecuencias del ‘conflicto político y armado’. La terrible estrategia de quienes pusieron en práctica la idea de la ‘socialización del sufrimiento’, consistente en extender la acción violenta contra los representantes políticos.
Hoy la izquierda abertzale ensalza la figura de Egiguren, su inteligencia y su compromiso por tratar de ofrecer una salida al llamado conflicto. Sin embargo, la izquierda abertzale no puede obviar la explicación de cómo un personaje como Egiguren pasa de ser merecedor de la violencia revolucionaria a ser considerado como referente a tener en cuenta.
No estaría mal una mínima ‘autocrítica revolucionaria’ respecto de aquellos años duros, basados en la persecución y en la eliminación del adversario político con el ánimo de extender el sufrimiento y minar la moral y el ánimo de la ciudadanía para que terminara por aceptar, como mal menor, la negociación política con ETA.
Porque si algo se puede deducir de las palabras de Jesús es que la propuesta que efectúa solo se puede examinar y consensuar previo cese definitivo de la violencia. Es decir, todo lo contrario de lo que habían sostenido la izquierda abertzale y ETA durante estas tres décadas.
Xabier Gurrutxaga en Vocento