Recuerdo a un compañero de profesión que se hacía llamar Don Mariano, de carácter fuerte y de prontos y arrebatos poco previsibles. Me contó un día que entrando en un aula vio un dibujo obsceno en la pizarra, a la vez que observaba que las sonrientes caras del alumnado esperaban a ver cuál sería su reacción.
Don Mariano, me contaba, no supo contar hasta tres e inmediatamente se "hizo el enfadado", miró a todos aquellos que esperaba su reacción y sin meditarlo, soltó:
-¡Que salga inmediatamente el que lo ha dibujado, lo borre y vaya a Dirección!
Evidentemente, nadie se movió. Por lo que prosiguió.
-Muy bien. Aquí nos quedaremos todos en silencio hasta que salga el culpable.
Y fue en ese instante cuando se dio cuenta de su error y de que a la largo de la hora tendría que reconvertir su amenaza en cualquier otra acción.
----------
Don Mariano es ahora presidente de Gobierno y del PP.
El alumnado son los miles de ciudadanos que han silbado un himno.
Las frases amenazantes de Don Mariano son el conjunto de solemnes tonterías y amenazas baratas que han soltado sus secuaces durante estas semanas previas y estas horas posteriores al partido.
----------
Ni que decir tiene que Don Mariano, el profe, se la tuvo que envainar.
Ni que decir tiene que Mariano, su PP y sus secuaces tendrán que conjugar una vez más el mismo verbo.