El éxito político durante estas últimas décadas de Silvio Berlusconi
no es de ninguna manera
un rayo en el sereno cielo de la historia de Italia,
ni un ovni caído en pleno centro de una democracia eficaz.
Por el contrario, representa la síntesis
y la seguridad de su decadencia
así como de su inmovilismo;
y es, en parte, su causa.
no es de ninguna manera
un rayo en el sereno cielo de la historia de Italia,
ni un ovni caído en pleno centro de una democracia eficaz.
Por el contrario, representa la síntesis
y la seguridad de su decadencia
así como de su inmovilismo;
y es, en parte, su causa.
Desde 1978,
año del asesinato de Aldo Moro por las Brigadas Rojas,
Italia ha padecido de falta de objetivos políticos
y de impulso reformador;
ha sufrido una decadencia del sentido cívico
ligada a la extinción progresiva del fundamento
de la legitimidad de la República: el antifascismo.
Ahora durante estos días vemos con preocupación
como los partidos de ultraderecha y fascistas sin reparos
negocian para formar gobierno.
Y además, si no fuese motivo suficiente
como para desde Europa poner "cara de perro"
y amenazar con castigo político y económico severo,
a un gobierno dispuesto a pasarse
muchos derechos humanos por su "arco del triunfo",
con descaro insultante y al que nos tiene acostumbrado,
manifiesta su clara amistad con el líder del Estado
con quien Europa está "informalmente" en guerra declarada.
Si hoy mismo podemos leer en la prensa
que la UE sancionará a Irán por apoyar al Kremlin,
no sería lógico hacer lo mismo
con gobiernos o partidos de "casa" ?
año del asesinato de Aldo Moro por las Brigadas Rojas,
Italia ha padecido de falta de objetivos políticos
y de impulso reformador;
ha sufrido una decadencia del sentido cívico
ligada a la extinción progresiva del fundamento
de la legitimidad de la República: el antifascismo.
Ahora durante estos días vemos con preocupación
como los partidos de ultraderecha y fascistas sin reparos
negocian para formar gobierno.
Y además, si no fuese motivo suficiente
como para desde Europa poner "cara de perro"
y amenazar con castigo político y económico severo,
a un gobierno dispuesto a pasarse
muchos derechos humanos por su "arco del triunfo",
con descaro insultante y al que nos tiene acostumbrado,
manifiesta su clara amistad con el líder del Estado
con quien Europa está "informalmente" en guerra declarada.
Si hoy mismo podemos leer en la prensa
que la UE sancionará a Irán por apoyar al Kremlin,
no sería lógico hacer lo mismo
con gobiernos o partidos de "casa" ?