Conocida popularmente como Catedral de Arucas, es uno de los templos católicos más sorprendentes que podemos encontrar en las Islas Canarias. Y siendo honestos, no es para menos. Se trata de una obra de Manuel Vega y March, cuya construcción comenzó en 1909. Las obras llegaron a prolongarse durante 70 años.
Una de las cuestiones que más llama la atención es el motivo por el que se le llama “Catedral de Arucas”, sin ser ni una catedral ni una basílica. Y todo por su aspecto exterior, que es impresionante. Lo cierto es que, con el paso del tiempo, se ha convertido en todo un emblema del municipio y de toda Gran Canaria.