
El Athletic ha tenido una de esas noches que la afición recordaremos. Ha jugado bien y ha merecido ganar ante un equipo que ha demostrado por qué estaba en cuartos.
La afición y los jugadores en perfecta sintonía han hecho que el equipo mire ya a Old Trafford, el teatro de los sueños, sede de un Manchester que recordará cómo el Athletic, no hace tantos años, en 2012, ganaba allí 2-3, la obra cumbre de Bielsa en Bilbao. Habrá que repetir la hazaña.
La parte triste de la jornada siguen siendo los incidentes en la explanada de San Mamés, unos actos violentos que no pueden ensuciar la actuación ejemplar de ambas hinchadas. Es una lástima que una minoría tan asquerosamente violenta y frustrada, intente empañar un día fantástico.
Lástima que la Ertzaintza siga sin ser lo suficientemente solvente con este grupúsculo de fanáticos locales. Cabe preguntarse que si la Policía local no puede controlar a los lugareños que con sus viejas capuchas siguen provocando terror, cómo va a controlar a fanáticos extranjeros, en este caso inexistentes, que vengan de visita.
Lástima que la Ertzaintza siga sin ser lo suficientemente solvente con este grupúsculo de fanáticos locales. Cabe preguntarse que si la Policía local no puede controlar a los lugareños que con sus viejas capuchas siguen provocando terror, cómo va a controlar a fanáticos extranjeros, en este caso inexistentes, que vengan de visita.