luego subieron los aranceles a los mexicanos,
pero como yo no era mexicano, no reaccione
...
...
...
luego nos lo subieron a nosotros,
y no quedaba nadie para hablar de mí.
¿Os suena este poema adjudicado
al pastor luterano alemán Martin Niemöller
y que no necesita de más comentarios?
Lo único necesario para que triunfe el mal
es que los hombres buenos no hagan nada.
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luego nos lo subieron a nosotros,
y no quedaba nadie para hablar de mí.
¿Os suena este poema adjudicado
al pastor luterano alemán Martin Niemöller
y que no necesita de más comentarios?
Lo único necesario para que triunfe el mal
es que los hombres buenos no hagan nada.