El enorme montaje realizado en la parte posterior del graderío, dan una imagen muy "de congreso de partido comunista chino", mucho "aparato" detrás, mucha "aparente" unanimidad, demasiada para los televidentes, y eso no siempre deja la imagen que inicialmente se haya podido querer transmitir.
Los mensajes que se transladan siguen siendo de lucha, confrontación y tensión. De buenos contra malos, de vascos buenos contra vascos malos, de acusaciones de las de siempre a gente con la que luego, incluso se puede pactar y no pasa nada, de frentismos innecesarios, vemos "frentes" en los "contrarios", lo que justifica la necesidad de crear y ampliar nuestro propio "frente", el que, incluso a veces, no reconocemos que practicamos.
Mucho aviso de escenarios de batalla, mucha llamada a cerrar filas "contra" el enemigo, en definitiva, mucha épica y poca lírica.
Malos tiempos para la lírica. Y la gente hace tiempo que se ha dado cuenta de que la vida, incluso la política, no es ni blanca ni negra sino una infinita sucesión de grises que cíclicamente se ajustan mas o menos a nuestros gustos. La gente, en general, prefiere la lírica. No preguntemos "solo" a nuestros guerreros si hay que ir al frente o no. Los guerreros viven de eso. Preguntemos también a los bardos y dejemos que sus rimas se oigan.
Mucho aviso de escenarios de batalla, mucha llamada a cerrar filas "contra" el enemigo, en definitiva, mucha épica y poca lírica.
Malos tiempos para la lírica. Y la gente hace tiempo que se ha dado cuenta de que la vida, incluso la política, no es ni blanca ni negra sino una infinita sucesión de grises que cíclicamente se ajustan mas o menos a nuestros gustos. La gente, en general, prefiere la lírica. No preguntemos "solo" a nuestros guerreros si hay que ir al frente o no. Los guerreros viven de eso. Preguntemos también a los bardos y dejemos que sus rimas se oigan.