Pero han votado en contra de lo que pedían tanto Obama como McCain como los respectivos líderes de republicanos y demócratas en la cámara, por lo que es evidente que ha pesado el rechazo popular a esta medida. Se supone que dentro de unos meses ellos también pasan por las urnas y allí, en EEUU, los parlamentarios están mucho más pendientes de lo que piensan los votantes de su demarcación electoral que de los aparatos de sus propios partidos. Allí se vota a las personas y no directamente al burro o al elefante.
¡Puede que no sea una mala idea!