Tras el teatrillo del pasado lunes y, tal como decía Idoia Mendia, “ya no queda nadie ni dentro ni fuera de Euskadi que no se haya sumado al clamor popular de toda la sociedad vasca a ETA para que se produzca el cese definitivo de su actividad armada. Lo que esperamos es que ETA se sume a estos llamamientos y reconozca la absoluta soledad en la que se encuentra”.
Y puesto que sordos del todo no son y hasta en el teatro hay que guardar el orden de las escenas, para completar la trilogia del sainete que desde alguna Mesa Nacional se había organizado, tras la "conferencia de Aiete" y la rueda de prensa "solemne" de la IA, quedaba la no menos esperada aparición fantasma de los Ku-Kus, y no han faltado a la cita. Han dicho lo que sabíamos todos que iban a decir y han ocultado, o se resisten todavía, a decir lo que todos deseamos que manifiesten de una vez: su disolución pura y dura. Y no lo han hecho.
Quedémonos con el lado positivo de la historia. Un paso más. Un motivo más para que muchos guardaspaldas se reciclen y mucho policía se "readecúe" en sus posiciones.
Sin duda un buen día. Cuando un asesino, individual o colectivo, manifiesta que dejará de matar, sea por motivos religiosos, éticos, culturales, gastronómicos o, simplemente, porque se ha dado cuenta de que la "correlación de fuerzas le es manifiestamente contraria a sus pretensiones, los que lo sufríamos tenemos un buen motivo de celebración.
Esperamos al siguiente comunicado, sin capuchas anunciando su disolución.
Sin duda un buen día. Cuando un asesino, individual o colectivo, manifiesta que dejará de matar, sea por motivos religiosos, éticos, culturales, gastronómicos o, simplemente, porque se ha dado cuenta de que la "correlación de fuerzas le es manifiestamente contraria a sus pretensiones, los que lo sufríamos tenemos un buen motivo de celebración.
Esperamos al siguiente comunicado, sin capuchas anunciando su disolución.