«Gobernar o dirigir un país o una organización es pactar, y pactar no es ceder»

jueves, 29 de diciembre de 2011

Anasagasti, el PNV y la democracia interna.

En todos los grupos políticos existen candidatos al premio "político-corcho" por haber demostrado una capacidad especial para sobrevivir a los diferentes cambios internos que se producen en todo grupo político vivo. Rafa Larreina, por ejemplo, sería un gran candidato en EA, puesto que es el único que ha conseguido sobrevivir en las alturas de la organización a pesar de los diferentes bandazos dados por la misma. Txiki Benegas sería un buen candidato al premio dentro del PSE-EE y en la entidad nacionalista, el mejor colocado para recibir dicho premio sería sin duda el afamado representante en Madrid, conocido también por su peculiar cabellera.

Esta semana ha sido comentado en muchos círculos políticos su "crítica" al sistema electoral que sigue el partido estas semanas para elegir a su máximo cargo interno. Llama la atención por un lado, que lo haga ahora, recién terminada hace pocos meses la anterior elección interna de candidatos "a Madrid", sistema por el que él mismo fue elegido. Y también resulta curioso lo poco que en ambientes jeltzales gusta hablar sobre el tema, al menos ante público ajeno a la organización.

Sin duda, el sistema que utiliza el PNV para elegir sus cargos tanto internos como externos, entra dentro de los cauces denominados democráticos en esta sociedad en que vivimos, pero nadie puede negar que es "manifiestamente mejorable". 
Los hay peores. Los elegidos directamente a dedo por el anterior, estilo Aznar->Rajoy, y los hay mejores, mas transparentes, mas abiertos, mas predispuestos a intercambiar ideas y alternativas y menos dependientes de las propuestas ya prediseñadas por la cúspide organizativa del momento. En el PNV la discusión política interna entre candidatos dentro de los cauces normales internos, si no está prohibida, está mal vista y nada recomendada. Con la excusa del miedo a una nueva escisión, el debate interno, esta oficialmente mal visto.

No conozco un caso de nadie que haya ganado sin el apoyo previo del ejecutivo de turno, que haya tenido que "luchar democráticamente" contra el candidato oficial, el "propuesto" desde arriba, y haya "superado" una elección interna. Sin embargo, recuerdo las reacciones de los que por presentar candidatos diferentes, o simplemente apoyarlos, procuran expulsarte de su "paraiso jeltzale".

Y termino con una frase sacada de su post: "en estos tiempos  se impone un cambio de modelo, porque los jóvenes y no tan jóvenes nos marcan el paso con la  bendita cibernética e internet. La sociedad ha cambiado y nosotros tenemos que cambiar con ella". Evidentemente lo harán, pero cuando ellos entiendan que no les queda más remedio.