La Casa Blanca, ante una petición que obtuvo el suficiente número de firmas como para requerir una respuesta oficial, se ha pronunciado con respecto a la Stop Online Piracy Act (SOPA), anunciando que no apoyará una legislación que pueda servir para censurar actividades legales o inhibir la innovación, que rechaza de plano cualquier legislación que incluya el bloqueo o filtrado de DNS, y que reclama la participación de todos los estamentos implicados. La respuesta de la Casa Blanca no es en absoluto una victoria definitiva, pero sí un importante paso en la dirección adecuada. Puedes leer los detalles en Techdirt o en ArsTechnica.
SOPA es defendida por políticos que se enorgullecen de no estar familiarizados con cómo funciona Internet, pero que están muy bien familiarizados con los favores de los adinerados extremistas de los derechos de autor.
La situación de España pasa a ser directamente DEMENCIAL y QUIJOTESCA: ahora resulta que la versión española de SOPA, la llamada “ley Sinde”, que hace exactamente lo mismo que proponía SOPA (cerrar páginas sin tutela judicial efectiva y bloquear las DNS de aquellas que se encuentren fuera del país) y que fue aprobada precisamente debido a la presión de los Estados Unidos, está aprobada y a punto de entrar en vigor el próximo marzo, mientras que la misma ley en los Estados Unidos va a ser redefinida con la participación de toso los implicados para intentar garantizar aquellos temas que los opositores a la ley Sinde denunciábamos.
La diplomacia norteamericana acaba de dejar a la democracia española a la altura del betún.
¿Alguien, por favor, podría hacérselo notar respetuosamente al gobierno de España?