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domingo, 8 de enero de 2012

El Bilbao Basket y el Parking del Bizkaia


En este triste y gris domingo vivido hoy, fin del periodo vacacional, y tiempo de comenzar a lubricar la maquinaria de nuestra vida cotidiana, los desenlaces deportivos del día de los dos grandes equipos bilbaínos no han ayudado a superar la depresión.

Lo del Bilbao Basket ha sido simplemente lamentable. De principio a fin. Y ya son varios, demasiados, los partidos que en los últimos segundos, vía triple del contrario, vemos cómo nuestras ilusiones deportivas ruedan por el parqué de Mirivilla. Lamentable.

Pero a este conjunto de sinsentidos deportivos hay que añadir otros extradeportivos que hoy me animan a escribir este post sabiendo de antemano que el club no tiene ni culpa ni parte, pero que alguien podrá hacer algo por resolver el tema. Empiezo recordando la escasa amabilidad de la policía municipal del entorno y su predisposición a la multa poco razonada. El trimestre pasado, además, hubo más de un partido que acabó tarde, porque la televisión de turno prefirió que empezase tarde y porque estaba previsto que tarde terminase, y a su culminación, los tranvías ya habían terminado su recorrido, y los metros también habían ninguneado el horario del partido. ¡Y los que deciden este tipo de asuntos y asisten a Mirivilla, cuando van, con sus chóferes particulares pagados por todos, no se enteran, o no se quieren enterar de la movida!

Y a todo esto hoy se ha añadido una situación kafkiana por excelencia. Resulta que el parking público cercano al Bilbao Arena situado bajo los frontones del Bizkaia, "amenazaban", según entrabas al mismo, que cerraban a las 15:00, sin tener en cuenta la hora de finalización del partido que, casualidad, ha sido lo suficientemente largo y con prorroga, lo que ha obligado a mas de uno a salir del campo sin terminar el encuentro. Una vez allí, solo había "una" maquina para pagar, por lo que la cola que se ha montado ha sido "ridículamente" larga. La falta de lógica les lleva a no anunciar ni organizar el pago previo, lo que evitaría esa absurda situación. Como no les parecia suficiente el ridículo organizativo que mostraba el parking, la maquina adjuntaba un letrero que indicaba que solo aceptaba monedas y que las tarjetas no las "entendía". 

En fín. Lamentable. ¡Feliz lunes!