El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

lunes, 16 de enero de 2012

Un saludo afectuoso a los que desde el respeto y la democracia no olvidaremos nunca a Fraga


Hoy podremos leer frases que si no nos nombran el sujeto, seríamos incapaces ayer, de reconocer de quien nos hablan. Para algunos un gran estadista, un hombre excepcional, un padre de la constitución ante-último eslabón entre la derecha española actual y el régimen franquista. (El último, evidentemente, es de Su Majestad)

Yo lo recuerdo más como aquel señor con temperamento vesubiano y autor de frases majaderas, como la de que "La mejor parte del país fue la que se alzó el 18 de julio", lo recuerdo como defensor de los torturadores que acabaron con la vida, entre otros, de Grimau en el 63, o como inventor de la frase "la calle es mía", cuando los asesinatos de Vitoria, o cuando siendo ministro de interior dijo aquello de que para legalizar la ikurriña habría que pasar por encima de su cadáver, o aquella otra perla de que el euskera era una lengua muerta. Reconozco que es lo primero que me viene a la cabeza.

Si acaso un mérito que reconozco en ese hombre fue su capacidad de frenar a las bestias fascistas, y mantener relativamente ralentizados a los franquistas durante la transición, permitiéndose reciclar a algunos en hermosas gaviotas. Solo me cabe esperar que semejante reconocimiento no se vea empañado en los próximos tiempos, porque se nos demuestre que ese tipo de viajes son de ida y vuelta.

Me hubiera gustado que a este señor se le hubiera podido obligar a conocer mas personalmente el dolor que produjo a sus victimas algo de lo que, por cierto, nunca se arrepintió en público. Por eso, hoy quiero dedicarles a ellas mi respeto y recuerdo.