No se puede ir predicando una cosa y hacer otra.
Lo hacen los partidos de derecha y no pasa casi nada, porque parece que a su electorado lo único que le produce saber que sus dirigentes roban, hurtan a "alzan" bienes ilegalmente es sana y cristiana envidia. Se supone que harían lo mismo si pudieran.
En el caso de los partidos de izquierda y/o supuestamente de izquierda no es lo mismo. El votante que concluye que sus representantes y/o líderes políticos hacen lo contrario de lo que predican, automáticamente, cuando menos, deja de votarles.
Los titulares que llevan apareciendo estos últimos días referentes al cobro de la extra de navidad de 200 altos cargos públicos del saliente gobierno de Lakua ha sentado como una patada en los ... para quienes creemos que, de alguna manera, todavía podía albergarse alguna esperanza en la ética de los partidos que hablan y dicen que luchan contra las injusticias y bla, bla, bla.
A mi estas cosas no es que me pillen de nuevo, ni me hagan rasgarme las vestiduras pero si me siguen produciendo una sensación de asco y repugnancia que actúan como aparente vacuna que intenta alejarme cada vez más del interés que me sigue produciendo la "cosa pública".
Me hubiera gustado oír como respuesta que la noticia era falsa, que los acusados reaccionaban, que se arrepentían, que lo devolvían sin tener que esperar a que se publique una lista con sus nombres y apellidos, pero nada de esto parece que ha pasado ni pasará.
¡Mierda!