El Lehendakari Urkullu ha preferido cambiar algunos detalles para ser coherente con el carácter aconfesional que tienen las instituciones vascas y jurará sobre un ejemplar del Estatuto de Gernika, como ya hizo López en su toma de posesión.
Queda por saber un detalle de la formula que utilizará. No sabemos si seguirá diciendo aquello de "ante Dios humillado" o simplemente comenzará con el típico " "en pie sobre la tierra vasca". Ciertamente el que utilice una fórmula u otra no nos sacará de la crisis pero sí nos dará una idea de hasta dónde puede estar dispuesto a evolucionar en una dirección en la que las diferentes religiones que se practiquen en Euskadi sean respetadas y a la vez no influyan en la actividad política y administrativas de la sociedad.
Habrá quien diga que es una tradición ancestral, pero cuatro casos previos no dan autoridad como para considerar tradición histórica incuestionable una frase como esa. Y actualizarla a los nuevos tiempos sin duda será interpretado como un símbolo de buscar esos acuerdos que ha prometido con el resto de la sociedad a la que también tiene que representar.
Actualizado después de la jura:
"Dos pasitos palante, un pasito pa tras".
En fin, no es la que yo hubiese utilizado,
sigo sin encontrar sentido que en una sociedad laica,
donde la administración es laica,
haya que hacer menciones a los dioses de los nominados,
pero por otra parte,
hay que reconocer que "cierto" avance también se ha producido.
Esperemos que ningún futuro Lehendakari
tenga que volver a humillarse ante nadie
ni siquiera ante su dios.
Buena suerte, Lehendakari
Actualizado después de la jura:
"Dos pasitos palante, un pasito pa tras".
En fin, no es la que yo hubiese utilizado,
sigo sin encontrar sentido que en una sociedad laica,
donde la administración es laica,
haya que hacer menciones a los dioses de los nominados,
pero por otra parte,
hay que reconocer que "cierto" avance también se ha producido.
Esperemos que ningún futuro Lehendakari
tenga que volver a humillarse ante nadie
ni siquiera ante su dios.
Buena suerte, Lehendakari