La primera respuesta es evidente: La Marsellesa tiene letra y el himno de España, no (diferencia número 1). El himno francés arranca con un "¡En marcha, hijos de la patria, ha llegado el día de la gloria! Contra nosotros, la tiranía alza su sangriento pendón": el himno español empieza con un "lolololo" y termina con un "lolololo". Una canción que tan solo se tararea puede ser ideal para ganarle a Malta 12-1 pero no se le puede pedir que sea un símbolo espontáneo al que agarrarse en momentos convulsos.
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El actual himno de España fue parte del pack de las cesiones que, junto a la bandera rojigualda o la institución de la Monarquía, la oposición democrática hizo a los reformistas franquistas para alcanzar el pacto de la Constitución. Pero el himno como tal pasó sin pena ni gloria por la Transición, sin absorber el sentido de concordia que se le supone a aquel acuerdo. Si existe un himno de la Transición, ese es 'Libertad sin Ira' de Jarcha. ( diferencia número 3).
Volviendo a sus orígenes, las dos canciones son composiciones militares, pero el himno de España se denomina Marcha Real porque desde el siglo XVIII se interpretaba en los actos públicos a los que asistían el Rey, la Reina o el Príncipe de Asturias, mientras que La Marsellesa fue un cántico con el que se mandó a los borbones franceses a la guillotina (diferencia número 4). Mientras en Francia se gritaba "Liberté, Egalité, Fraternité", en España se gritaba "Vivan las Caenas". En el siglo XIX, muchos liberales –lo que hoy llamaríamos progresistas– antepusieron otros cánticos populares a la Marcha Real.
Por último, y ciñéndonos a los aspectos estrictamente musicales, convendremos en que La Marsellesa es una canción mejor que el himno de España (diferencia número 5). La Marsellesa se asoma con ímpetu épico, luego transita por valles tranquilos hasta elevarse a un emocionante final. El himno de España es una composición menos agraciada.