Turquía juega con fuego. Y nos pone a todos al borde del abismo. Quiere recuperar la hegemónía en la "región" y hace el juego al "estado islámico" bombardeando a un ejercito como el ruso. No me gusta Erdogan ni sus intenciones religiosas expansionistas y le considero un peligro mayor que Putin para una Europa laica u democrática.
Apoyar la actuación del gobierno turco de ayer bombardeando el avión ruso y dejando a sus pilotos a los pies de los terroristas islámicos es un grave error que, y por mucho que sea miembro de la OTAN por su ubicación estratégica, alguien debería de llamarle al orden.