La activista Greta Thunberg hablando durante la marcha de Fridays for Future |
Estamos aún de cháchara sobre el cambio climático y hace mucho tiempo que debíamos haber pasado esa pantalla tanto por el peso abrumador de la evidencia científica como por puro sentido común.
Si cumplimos los objetivos pactados, algo que ni de lejos estamos en condiciones de conseguir, estaremos aún un grado y medio por encima del 1.5 que necesitamos para evitar el desastre que se avecina.
No parece que vayamos a mejorar mucho la ratio en la próxima década a base de discusiones y cumbres. Necesitamos políticas y poner el dinero para pagarlas encima de la mesa.
Si queremos afrontar de verdad la cuestión de cambio climático debemos asumir que vamos a tener que pagar a los demás para que no repitan lo mismo que ya hemos hecho nosotros y vamos a tener que dejar de hacerlo: vamos a tener que cambiar muchas de nuestras maneras de producir, de consumir y de vivir con los costes e inconvenientes que ello supone.
Podemos culpar a China, o a Rusia, o a India todo cuanto queramos, no dejará de ser la cruda e incómoda verdad.
Si cumplimos los objetivos pactados, algo que ni de lejos estamos en condiciones de conseguir, estaremos aún un grado y medio por encima del 1.5 que necesitamos para evitar el desastre que se avecina.
No parece que vayamos a mejorar mucho la ratio en la próxima década a base de discusiones y cumbres. Necesitamos políticas y poner el dinero para pagarlas encima de la mesa.
Si queremos afrontar de verdad la cuestión de cambio climático debemos asumir que vamos a tener que pagar a los demás para que no repitan lo mismo que ya hemos hecho nosotros y vamos a tener que dejar de hacerlo: vamos a tener que cambiar muchas de nuestras maneras de producir, de consumir y de vivir con los costes e inconvenientes que ello supone.
Podemos culpar a China, o a Rusia, o a India todo cuanto queramos, no dejará de ser la cruda e incómoda verdad.