«Gobernar o dirigir un país o una organización es pactar, y pactar no es ceder»

lunes, 21 de junio de 2010

Poli bueno, poli malo

No, aunque recuerde a las parejas de policía que coordinadamente visitan al detenido con diferentes "tácticas" personales intentando conseguir que el "invitado" cante, aquí no me refiero al poli-cia , sino al poli-tico. 

La táctica viene a ser la misma. Dos miembros del mismo cuerpo policial, en este caso, del mismo partido político, realizan declaraciones públicas "complementarias" con el fin de atender a un mayor abanico de votantes con opiniones claramente diferenciadas, e incluso, a veces, algo "divergentes", pero que "el todo orgánico" las asume como un ejemplo constatable de pluralidad y democracia interna.

Veamos un ejemplo en las cuatro patas vascas.

El más típico y tópico está en la histórica izquierda abertzale, la que siempre ha dicho apostar por los cauces políticos aun a sabiendas de que no son exactamente como ellos los hubiesen diseñado, y los que, como se suele oír periódicamente entre sus filas, siguen creyendo que la "lucha armada" sigue teniendo más justificación que nunca. (Este párrafo se queda sin nombres propios por razones obvias).

Otro caso es la ya celebre pareja Urkullu-Egibar, gris, aburrido pero más sensato para muchos el uno y radical, políticamente suicida pero gran mitinero el otro. Conviven, al parecer, pacíficamente bajo el mismo paraguas desde hace muchos años años.

La pareja Oreja-Basagoiti es sin duda otra celebre moneda de dos caras en el panorama político vasco. Duro donde los haya, con historial político familiar pre-democrático, profunda y orgullosamente español, gran conocedor del entramado de las alcantarillas del estado el uno, "vasquista", pactista y cara amable de la misma moneda el otro.

Esta semana pasada ha vuelto a manifestarse también la del PSE-EE. La oficial, con el careto de Patxi al frente, clara, determinada e intransigente con los violentos por un lado, y la siempre Guadiana, es decir, que aparece y desaparece, con largos tiempos en silencio o, por el contrario, de la que habla, titular de portada, "esperanzadora" para algunos, pero peligroso por sus "adelantadas" declaraciones para muchos de sus colegas el otro. Me refiero, evidentemente a Egiguren.

Y así funciona este teatro: "Este Partido siempre tendrá una voz con la que usted podrá identificarse. Y si no le gusta lo que oye, sin necesidad de cambiar de Partido, escuche al otro, que seguro que le gustará más".