El 11-S y el 11-M tuvieron en común, entre otras cosas, el hecho de que, tanto en Estados Unidos como en España, se infravaloró con anterioridad la amenaza de Al Qaeda.
Lo que no tuvieron en común fue su impacto político y social. Mientras que los estadounidenses se unieron, los españoles nos dividimos***, cayendo incluso en la transferencia de culpabilidad que los terroristas siempre buscan con sus atentados.
Sobrecoge que esta división exista entre las propias víctimas del 11-M. Ello invita a mirar con admiración a las instituciones y a la sociedad civil norteamericana, por su cohesionada resiliencia frente al terrorismo tras el 11-S. /elpais/
La canción dedicada a las víctimas del atentado de Madrid del 11-M por "La Oreja de Van Gogh" es realmente emotiva y llena de sentido.
***El ejemplo de las distyintas manifestaciones de las diferentes portavoces de las distintas asociaciones de victimas hoy, así lo confirman. La presidenta de la Asociación 11-M ha asegurado que han sido ocho años "muy difíciles, muy duros", y ha subrayado que este año "ha estado plagado de mentiras, falacias, insultos y amenazas". Manjón ha afirmado que estarían encantados de que "hubiera sido ETA, que el explosivo fuera tytadine, porque así podríamos pertenecer a cualquier gobierno, al gobierno vasco o ser eurodiputadas, sin que se nos denomine politizados". Pero ha zanjado recordando que fue "el terrorismo yihadista".