Dice
la izquierda abertzale que la petición de perdón pertenece al
terreno de la religión, que es una
cuestión personal, que no es término político, y que ellos deben
efectuar planteamientos políticos. Debemos empezar negando la mayor.
El
perdón tiene, sobre todo en las sociedades democráticas,
una dimensión política y jurídica; es decir, pública. Es
precisamente en virtud de esta naturaleza pública por la que se
establece la relación entre sociedad agredida y agresor.
ETA y
en la parte que le corresponde también la izquierda abertzale deben
saldar sus deudas políticas con la sociedad vasca. Junto al
reconocimiento del daño causado a las víctimas, está el daño
causado a la sociedad en su convivencia interna, aplaudiendo y
justificando lo que no ha sido más que una pretensión de imposición
militarista de unos objetivos que hoy dicen que se pueden y se deben
alcanzar utilizando exclusivamente solo las vías democráticas. El
error que ha supuesto para la libertad y la democracia en la sociedad
vasca, y también para ellos mismos situar la violencia y sus fines
no solo por encima sino también contra la vida y la dignidad de las
personas.
La
izquierda abertzale sabe, al igual que el resto de la sociedad,
aunque les cueste reconocerlo, que los presos van a tener que
solicitar el indulto; es decir, el perdón para que pueda ser real en
un tiempo razonable lo que verdaderamente quieren, que es volver a
casa.
Xabier
Gurrutxaga (2012-03-02)