El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

lunes, 19 de marzo de 2012

¡Viva la Pepa!

¡Viva la Pepa! es el grito con el que desde el 19 de marzo de 1812 (festividad de San José) proclamaban los liberales españoles su adhesión a la Constitución de Cádiz (proclamada ese día, y conocida popularmente como la Pepa).
La constitución establecía el sufragio universal masculino indirecto, la soberanía nacional, la monarquía constitucional, la separación de poderes, el derecho a la educación de toda la ciudadanía, la libertad de imprenta, acordaba el reparto de tierras y la libertad de industria, entre otras cosas. 

Se convirtió en el hito democrático en la primera mitad el siglo XIX, transcendió a varias constituciones europeas e impactó en los orígenes constitucionales y parlamentarios de la mayor parte de los Estados americanos durante y tras su independencia. Sólo por esto ya hubiera merecido la inmortalidad.
La revolución iniciada en Cádiz suscitó la contrarrevolución fernandina, que ha mantenido a España en el túnel oscuro de los regímenes totalitarios y/o absolutistas la mayor parte de estos dos últimos siglos, algo que, como sociedad, todavía lo estamos pagando.

Ahora, y desde la muerte del último dictadorzuelo español, gozamos de una nueva Constitución  a la que muchos conciudadanos, todavía, no son capaces de reconocer su valor democrático. Afortunadamente, celebramos el nacimiento y muerte prematura de aquella desde la vitalidad de la que actualmente tenemos. ¡Sepamos aprender de la historia!