Sudán ha vuelto a condenar a morir apedreada a otra mujer, Layla Ibrahim Issa Jumul, de 23 años. Acusada de adulterio, no contó con la asistencia de abogado alguno, y su condena, hecha pública en julio, se basó únicamente en su confesión. Así funciona una sociedad donde la religión esta por encima de la Constitución.
Por otra parte en algunos territorios de influencia católica pasa esto :
Dos decisiones basadas en las religión y que sin duda atentan a los Derechos Humanos de las personas.
Y yo me pregunto: De la misma manera que a la izquierda abertzale de raíz común a la banda terrorista ETA se le conmina a condenar la violencia para dejar claro que no comparten sus métodos ... ¿No seria razonable solicitar a quienes comparten religión con los que lapidan o con quienes excomulgan a niñas violadas que se manifiesten públicamente distanciándose de esas prácticas de algunos de sus compañeros de fe?
