"Pero la memoria no deja en paz a nadie, exige enfrentarse a uno mismo, es una especie de conciencia convertida en espejo, y reclama posicionarse. Claro que la memoria es difícil, divide, hace sufrir, porque critica, purifica, aclara, y exige correcciones importantes en la manera de verse a sí mismos aquellos en cuyo seno se ha producido la historia de terror.
Si ETA no reniega de la historia de terror que ha producido, si Sortu homenajea a los luchadores de ETA, si las palabras de Maite Iturbe reflejan el sentir de una buena parte de la sociedad vasca que quiere seguir sin ver nada ni mirarse en el espejo, en lugar de un futuro en libertad tendremos la repetición de aquello que no queremos recordar porque divide."
J. Arregi