- La polémica suscitada durante las últimas semanas sobre Kutxabank y las voces de Bildu al respecto han provocado la reacción del Lehendakari Urkullu que ha lamentado que quienes hicieron "sufrir tanto a tantos" se permitan ahora plantear exigencias sin "ni siquiera reconocer el daño y no digamos ya pedir disculpas". Hasta aquí podemos estar de acuerdo. Pero no es bueno mezclar la velocidad con el tocino.
- Que el actual presidente de Kutxabank se haya subido el sueldo de manera tan escalofriante y vergonzosa es un tema diferente, que no conviene mezclar con otras historias y que hace que Kutxabank deje de ser automáticamente el referente que ha sido para una gran parte de la ciudadanía vasca.
- Lo que ha hecho la máxima autoridad bancaria del ente vasco solo ha podido ser posible con el acuerdo del trio PNV, PSE-EE y PP, que son los que controlan la entidad vasca. Son ellos los que podrían ponerle de patitas en la calle por su irresponsable y egoísta decisión y no lo hacen. Se limitan a señalar a otro culpable de manera cínica y prepotente.