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La ya conocida como “comisión Pujol”, a cuya constitución se opuso CiU con el apoyo decisivo de ERC hasta en cuatro ocasiones pero que al fin fue creada por la presión de los restantes grupos políticos, está produciendo significativas sorpresas. Las más destacables por ahora, por cierto, han llegado de la mano del propio Jordi Pujol, de su esposa, Marta Ferrusola, y de su primogénito, Jordi Pujol Ferrusola. Quedan aún por comparecer todos los otros hijos del matrimonio, pero difícilmente alguno de ellos podrá decir algo más relevante, no ya en cuanto a datos –de hecho, ninguno de los tres ya citados ha facilitado ningún dato desconocido- sino en cuanto al fondo de la cuestión, a toda una concepción, parece que familiar, de la política y el servicio público.
Pero, como en tantas otras ocasiones, fue la gran matriarca quien dejó las cosas más claras. A pesar de los reiterados y vanos intentos de su abogado Cristóbal Martell, presente en la sala, Marta Ferrusola se saltó el guión y entró al trapo, retadora y sarcástica, para acabar con una enésima apelación patriótica que a cualquier catalanista le debe repugnar. “Cataluña no se merece esto”, dijo Marta Ferrusola. Y tenía y tiene toda la razón: Cataluña, en efecto, no se merece haber vivido lo que vivió durante el prolongado periodo de gobierno de Jordi Pujol.
Jordi García-Soler en Público