El PSOE probablemente pueda ser el partido convertido en el fiel de la balanza de algunos de los nuevos parlamentos que surjan este año tras elecciones democráticas de distinto rango y no tengo muy claro, más bien me temo lo peor, que ante la derecha o la decencia elija no provocar grandes cambios en la administración.
Con importantes responsabilidades en la corrupción en este país, en toda la piel de toro, desde las famosas tarjetas negras, compartiendo mierda con el PP, los ERE de Andalucía o el "sueldito" extra de un cargo político socialista vasco vía entidad financiera controlada por PNV que ha salido a la luz estos días, las reacciones que manifiesta una y otra vez ante estos hechos son, cuando menos, especialmente tibios.
Están perdiendo la confianza a marchas agigantadas pero parece que están muy seguros y convencidos de lo que hacen. En mi opinión, su credibilidad toca suelo. Espero que tengan encendidas las alarmas y reaccionen porque la hostia, la electoral, si no cambian radicalmente, la tienen más que asegurada y el país no se merece un final tan triste de una organización con su historia.