Vibrante y poético, merece la pena ser visto y supone un novedosa aportación al espectáculo teatral, si bien, en mi opinión, en la segunda parte, la del infierno, sobran algunos minutos de escena.
Pero algún día habrá que hablar, también, de los corruptores que son grandes empresas que cotizan en el IBEX y son al parecer intocables.