Nos recordaba el Sr. Ezkerra hoy en la prensa que hay quien ha andado buscando estos días una simbología inquietante, un significado profundo, un mensaje apocalíptico en la famosa y ruidosa ruptura de dos escaños que se produjo en el Congreso de Diputados en el momento en el que se procedía a la votación de las enmiendas a los Presupuestos: «el régimen del 78 está agotado», «la democracia se cae a pedazos», y todas las tonterías que queramos pensar.
Pero, mírenlo de otra manera. He incluso les saldrá una moderada sonrisa. De 350 cargos electos que ocupaban sus escaños el 23-F de 1981, sólo tres permanecieron en su sitio y no obedecieron la orden del cuerpo a tierra. De los 350 cargos electos que había en la votación del miércoles pasado, sólo dos se cayeron al suelo. Y se levantaron enseguida para votar de pie esperando a que los ujieres les trajeran unas sillas de repuesto. Algo hemos avanzado. ¿Eh?