No parece que está previsto que el mayor enemigo de la convivencia pacífica de la ciudadanía de un país, que la mejor representación humana de la insolidaridad entre personas, defensor inequívoco del uso de armas indiscriminadamente en la calle, el alumno más aplicado en el cursillo de cómo mostrarse vanidoso, soberbio, super machista, chulo, racista, prepotente, arrogante, altanero, dominador, irrespetuoso, que se cree que todo se puede comprar con dinero, y defensor de un eslogan tan egoísta como "primero yo, y luego yo, yo y yo", llegue a ocupar el puesto principal de la administración del País.
¿Cómo se defiende la democracia de una amenaza así, si encima ha demostrado no ser especialmente listo pero, con dinero ha conseguido situarse en el mismo corazón de sus instituciones?
Sólo queda el primer martes después del primer lunes de noviembre.
No faltar a la cita y asegurarle, cuando menos, una noche triste.