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lunes, 22 de junio de 2020

Estatuas, monumentos y caducidad de los pedestales y altares civiles

Retirada de la estatua de Cristóbal Colón en Los Ángeles. TWITTER: MITCH O'FARRELL

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Lo que está ocurriendo en Estados Unidos, con las estatuas de esclavistas y colonizadores, es la consecuencia de un pasado no resuelto, de espacios públicos que no representan las transformaciones y las evoluciones sociales, y rechazarlo como una evidencia parece un acto simplista, eurocéntrico y conservador.

Las representaciones que se ofrecen en plazas, pedestales, denominaciones de calles o edificios públicos son normalmente el resultado de correlaciones de fuerza y a menudo tratan de ocultar las vergüenzas del poder, de que las élites impongan su presencia en espacios colectivos. 

Que un grupo de manifestantes decidan decapitar o derribar una estatua de Cristobal Colón tiene que ver con que la ocupación de ese espacio por ese personaje histórico atenta contra los derechos humanos, contra el desarrollo de la dignidad colectiva.

Las generaciones institucionalizan de diverso modo sus hechos históricos y políticos y su asentamiento en espacios públicos es una demostración de fuerza. Pero, si a menudo representan la imposición de una idea, en numerosas ocasiones ocultan una mentira. ¿Qué es el monumento a las víctimas del COVID-19 inaugurado por el Partido Popular en Madrid sino una forma de esconder las consecuencias de su política sanitaria?

Que alguien viaje de un sitio a otro y se detenga en un lugar que no conoce no le autoriza a asegurar que lo ha descubierto. Colón fue la llave que abrió el inicio de un terrible proceso para las poblaciones y culturas del continente americano. Abrió la puerta a una cultura que expulsaba al diferente y que supuso la globalización de la inquisición, el exterminio de cientos de miles de seres humanos y el saqueo de las riquezas de muchos pueblos para el sostenimiento de un antiguo régimen español.

Las plazas y pedestales deben ser altares civiles, espacios de celebración de personas o hechos históricos o culturales que construyeron un bien común. Pero muchas veces son imposiciones, y de vez en cuando el pueblo hace su ajuste de cuentas y recoloca esos espacios cuando ofenden derechos fundamentales y se requieren otras representaciones que no hieran o atenten contra valores que construyen nuevas dignidades.