Carta de J. MARI GOIENOLA MONTOIA hoy en El Correo |
¿Recuerdan ustedes el cuento de aquel rey al que sus súbditos halagaban, hasta que un niño dijo la evidente verdad, que el rey estaba desnudo? Pues eso mismo se puede aplicar al emérito.
Le pueden dar todas las vueltas que quieran, incluso reivindicar aberraciones, como la inmunidad absoluta y permanente para él. La realidad es la que es.
Está desnudo. Desnudo de vergüenza y de la mas mínima ética.
Por cierto, que dejen de repetirnos lo de la igualdad ante la ley. Estamos más que hartos de que nos traten como a súbditos idiotas, que ciegos no estamos.