en la que los catalanes elegirán su Parlamento.
en la que elegiremos el nuevo Parlamento Europeo.

domingo, 17 de julio de 2022

Un disparate histórico repetido hasta la saciedad
amplificado por un puñado de revisionistas
puede calar en un tipo de población

El PP siempre opera igual. Para justificar su rechazo a cualquier avance legislativo promovido por la izquierda, se excusa con algún detalle menor, irrelevante, y a partir de ahí promueve una enmienda a la totalidad. Por ejemplo, para justificar su rechazo a un impuesto especial a las grandes energéticas, afirma con todo el morro que al final pagarán los consumidores.

Lo mismo, en grado sumo, ha hecho el PP con la Ley de Memoria Democrática, que ha pasado la primera vuelta en el Congreso. Como Bildu ha garantizado su apoyo a la ley, entonces el PP se opone porque la ley pasa a ser de Bildu. Es falso por completo que esa disposición vaya a proteger a terroristas. Es tan falso como absurdo deducirlo. 

Conviene recordar que para la triple derecha española hay cuatro ideas importantes sobre las que basan generalmente sus argumentaciones:

-1- La Guerra no empezó en el 36, sino en el 34. El golpe de Estado, en consecuencia, no fue tal, sino un alzamiento justificado por las revueltas y el desorden social.

-2- La dictadura de Franco fue benévola y generosa, especialmente en sus últimos años.

-3- El Valle de los Caídos es un monumento “a todas las víctimas”.

y -4- Con la Transición, de la que el PSOE según ellos ahora reniega, ya se cerraron todas las heridas, que ahora la izquierda pretende reabrir. 

Es un disparate histórico en toda regla, sí, pero repetido hasta la saciedad, amplificado por un puñado de revisionistas, con una población más joven que no vivió la represión directamente, funciona perfectamente.