Lamento profundamente la incomprensión que han demostrado los jueces del Tribunal Supremo de la realidad política vasca.
Me preocupa la sensación de espectáculo circense que están mostrando los encargados de interpretar la ley. El juego de contentar a unos primero y a otros después.
Esto solo implica mantener la "tensión" hasta el próximo jueves, que será cuando, desde mi punto de vista, el Tribunal Constitucional aplicará un poco de sentido común a todo este esperpento.