Yo entiendo, que como he comentado alguna vez, la democracia en España es aun muy joven y pueden existir errores y equivocaciones en cuanto a normas y leyes de carácter político-electoral por así llamarlo, pero no entiendo que no se intenten subsanar. Lo primero que es incomprensible, si hablamos de transparencia, es que personas imputadas por la justicia se puedan presentar en unas elecciones; y si decimos que son políticos imputados y que se vuelven a presentar con el consentimiento de su partido, que no afiliados.... Espeluznante !!
Porque se habla mucho de partidos democráticos, pero precisamente es lo que brilla por su ausencia, la democracia. Porque, creo que si les preguntasen a los afiliados, no ya a los votantes, cuyo voto vale igual y su voz debería ser escuchada, podrían llevarse alguna sorpresa. Será por eso por lo que no preguntan. Al fin y al cabo, los asuntos de partido son internos, si quieren primarias *** o no es asunto de los afiliados, pero que no nos den lecciones de libertad, participación y democracia, que se apliquen el cuento.
Necesitamos transparencia en la gestión de la administración a todos los niveles. Las arcas están soportando una carga económica demasiado grande y oscura. Son como los parientes de Juan Palomo, "yo me lo guiso, yo me lo como".
Lo primordial e importante sería que ninguna persona que tuviese causas pendientes con la justicia pudiese ir en ninguna lista. Tenemos el ejemplo estos días de personas que están imputadas, que no condenadas, y van incluidas en las listas de su partido. Si bien no han sido encontrado culpables, no deberían poder optar a convertirse en gobernantes. Si los partidos fuesen más honrados y democráticos, los propios estatutos de los mismos ya contarían con esa norma. Aunque el juez no les haya condenado, algo grave habrá visto para que estén en la cesta de las manzanas podridas, digo yo.
Deberíamos empezar por limitar el tiempo y/o legislaturas en la que pueden estar en el poder, tanto alcaldes como presidentes de comunidad y de gobierno. Dos legislaturas u ocho años más que suficiente; si resulta que han obrado bien, el partido se verá recompensado. Adiós a los "caudillos" perpetuos, que venga gente nueva con ganas.
El sueldo de los alcaldes y presidentes de comunidad ha de ser revisado. Un alcalde no puede cobrar más que un presidente de comunidad, o que el mismísimo presidente de gobierno. Creo que es un disparate.
Que no acaparen puestos y sueldos. Se cubren las espaldas, al presentarse en dos estamentos distintos,que no me parecería mal siempre y cuando solo cobrasen y ejerciesen en uno. Básicamente porque en dos sitios a la vez no se puede estar, ya se sabe, el que mucho abarca... O al ayuntamiento o a diputación pero las dos no.
Siguiendo con la premisa de la transparencia, los gastos que sean de dominio público, que sepamos en qué se gastan los cuartos. Limitar los coches oficiales, que no haya más coches que personalidades vamos. Los gastos en general son muy elevados y no se justifican, lo que les permite obrar en función de su antojo y no de la necesidad real.
No podemos mantener una clase política "business" si realmente rinden "low-coast". Deberían crear un organismo independiente que velase por la honradez y veracidad del gasto de los políticos, unos auditores que nos permitirían tener unos gobiernos dignos, que seguramente nos merecemos.
Recogido de "la neurona impasible".
***Por Euskadi todavía queda bastante gente que cuando se habla de primarias pone al partido de Urkullu (EAJ-PNV) como ejemplo de buenas prácticas y, desde luego, puedo afirmar con rotundidad, que nada más lejos se la realidad. En Sopelana, por ejemplo, hace solo cuatro años, intentaron echar del partido a ocho afiliados que por aquel entonces se negaron a seguir los consejos de las "fuerzas facticas" de la organización en ese pueblo. Se atrevieron a hacer pública su opción y el resultado del "juicio interno" al que fueron sometidos fue inhabilitación para cargos públicos durante los meses suficientes para que no pudieran optar a ningún cargo en las anteriores elecciones municipales. Habrá quien diga que no se lo cree pero, por una cerveza, estoy dispuesto a demostrárselo a quien quiera.