La violenta represión en Siria ha convertido las manifestaciones en favor de la democracia en un baño de sangre.
Desde que comenzaron las protestas, las fuerzas de seguridad han matado a más de 450 personas y han detenido a centenares que ahora están en régimen de incomunicación en lugares no revelados. El ejército ha utilizado incluso francotiradores que han disparado a personas en las calles y en sus propias casas, siendo objetivo especial de los disparos el personal médico y cualquier otra persona que prestase ayuda a los heridos.
Si queremos parar esta matanza, Bashar al-Assad tiene que saber que somos muchas las personas que sentimos repulsa y condenamos las muerte de tantas personas inocentes. Y muchas las que apoyamos que el caso de Siria sea llevado al Tribunal Penal Internacional. Con tu ayuda, podemos hacerlo. Firma aquí nuestra petición.