La manera de crear los cauces de comunicación entre partido y ciudadanía es otro de los campos a tener en cuenta a la hora de estudiar los factores que pueden influir en una persona a la hora de votar. Si existen organos propios de cada organización para informar de sus actos y opiniones durante los cuatro años o simplemente los ponen en funcionamiento unos meses antes del inicio de la campaña electoral, si cuando los lees resultan panfletos intragables con una parcialidad insultante y una manera de informar que parecen recién salidos de un cursillo staliniano sobre "cómo mantener en tu redil a tus ovejitas".
Si diferencian estas revistas del párrafo anterior de los medios generalistas que, en teoría, deberían de ofertar un abanico de opiniones más amplio que el de la propia organización a la que defienden en las campañas.
Si cuando están en el poder, abandonan sus propios cauces de comunicación porque les resultan innecesarios pudiendo controlar los medios públicos, a los que convierten en sus feudos ideológicos, si cuando pasan a la oposición desprecian los medios públicos porque se piensan que sus opositores van a actuar como ellos y los boicotean.
Si durante los últimos cuatro años su presencia en internet ha sido casi exclusivamente testimonial, despreciando este fundamental instrumento de comunicación. Desconfia del candidato de turno que haya abierto un blog o un perfil de Facebook durante los últimos meses, prometiendote una fluida comunicación a cambio de tu voto.
Comprueba si en los "territorios" que han controlado en anteriores legislaturas han promovido medios de comunicación públicos abiertos, si han "permitido" voces críticas en las radios o televisiones privadas de su entorno o las han "asfixiado" de manera más o menos sibilina, si hay redes wifi abiertas sin contraseñas innecesarias.
En definitiva, busco un partido que apueste por una comunicación abierta, de doble sentido, con representantes 2.0, que escuche permanentemente a sus ciudadanos, con "presencia" en la red, que apueste por sofware libre y/o abierto, que no obligue a sus ciudadanos a navegar con un programa determinado (por ejemplo internet explorer) para realizar trámites en las páginas oficiales de las administraciones que gobiernan.