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lunes, 9 de mayo de 2011

“¡Maldita sea, claro que sí!”

info.es.amnesty.org/c/mv
De esta manera, “¡Maldita sea, claro que sí!”, respondió el ex presidente de Estados Unidos George W. Bush al director de la CIA cuando le pidió permiso para utilizar “técnicas de interrogatorio mejoradas” con un detenido, que después fue sometido en 180 ocasiones a “water-boarding” o simulacro de ahogamiento.


Bush ha reconocido sin reparos en sus memorias y en televisión que él personalmente autorizó ésta y otras técnicas que claramente constituyen tortura.




Poco después de tomar posesión del cargo en 2009, el presidente Barack Obama manifestó que no admitiría el uso de la tortura y otros malos tratos. Sin embargo, hasta ahora siguen impunes los actos de tortura cometidos en el pasado, a pesar de que tanto él como el Fiscal General del Estado, Eric Holder, han afirmado que técnicas de interrogatorio como “water boarding” son tortura.


Las víctimas y sus familias tienen derecho a conocer la verdad y a obtener justicia y reparación. Firma ahora para que la actual administración lleve a los responsables ante la justicia.


PD.:
El texto corresponde a un escrito enviado por Amnistia Internacional antes de que el actual presidente del Imperio y premio Nobel de la Paz ordenase asesinar al presunto terrorista Osama. Si la tortura es repudiable, el asesinato puro y duro, sin duda, supone una "subida de peldaño" en esta carrera sin sentido que desprecia los DD.HH. 


Ahora bien, partiendo de la base de que considero que los norteamericanos tienen una cultura democrática al menos tan seria, asentada y respetable como la europea, y observando las innumerables lecciones que en diferentes facetas han dado al viejo continente y al resto del mundo, a veces me planteo la cuestión de si no somos demasiado "mojigatos" en algunos temas, cuando nos rasgamos las vestiduras si lo hace nuestro mandatario de turno, pero aplaudimos con las orejas si lo hace el gran emperador.