Comenta el amigo Thooby en su blog que confundir deseos con realidades es una de las enfermedades más comunes de la especie humana. Creo que todos la hemos sufrido alguna vez, aunque hay quien tiene la dolencia cronificada.
Es natural que quien desea vivamente que no haya más atentados, intente apartar cualquier evidencia de lo contrario. Lo más fácil es decir que ETA en este momento NO EXISTE y cuando pasamos a decir ¿bien, pues por qué no condenamos a ETA?. La contestación va desde "no hace falta", "ahora son otras las circunstancias y no hay que comparar" o, lo que sería más extremo, es que "antes tenía sentido, ahora no".
De modo que como ETA no existe, no hay que combatirla. Lo único que hay que hacer es un ERE con los escoltas.
Pero la realidad es tozuda. Desde luego nadie compra circuitos electrónico temporizadores, junto con sistemas de falsificación, si no hay la intención de seguir o de hacer creer que se sigue. Así que condenar a ETA y de forma creíble es hoy ABSOLUTAMENTE NECESARIO. Al menos para que la ciudadanía que no votamos a Bildu podamos creer mínimamente a los de Bildu.