El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

lunes, 12 de septiembre de 2011

El enfado del PNV y la vuelta a la normalidad en Sopelana

"EAJ-PNV ha denunciado “la poca catadura moral que han evidenciado los grupos municipales de Bildu y PSOE en el Ayuntamiento de Sopelana. A la primera ocasión que han podido se han puesto de acuerdo entre ellos ...". Así comienza el comunicado de la formación jeltzale tras el pleno en el que se aprobó el “Acuerdo de funcionamiento para la organización de la estructura municipal de Sopelana” entre BILDU y PSE-EE.

Sin duda, el verano no ha sido suficiente para que se den cuenta de que ya no todo gira en torno a ellos. Euskadi está cambiando y las posibilidades de acuerdos, afortunadamente se amplian. Hubo un tiempo en el que era el PNV el único partido que podía hacerlo con todos, lo cual era un buen síntoma de que el dialogo rompía falsas barreras y permitía dejar al margen ridículos prejuicios. Cuando en el parlamento vasco se consiguió una mayoría que permitía nombrar un Lehendakari que no fuese necesariamente jeltzale, sus primeras reacciones también fueron de pataleta infantil. Ahora, en Sopelana, más de lo mismo. Euskadi tiene cuatro grandes polos de referencia política y ellos son simplemente uno más. Y no siempre estrictamente necesario.Cuanto antes lo asuman, antes empezarán a trabajar racionalmente para recuperar, si pueden, el espacio y el poder perdido.

Que el acuerdo se haya firmado entre las dos fuerzas presuntamente de izquierdas en el municipio me ha parecido un símbolo de caminar hacia esa normalidad democrática que casi todos deseamos. Bien. Y aunque, en cualquier caso, soy consciente de que queda un gran tramo por recorrer, dando pasos de este tipo es como se pueden alcanzar los objetivos. Y cualquier referencia a Sindromes de Estocolmo creo que sinceramente, está fuera de lugar.

En cualquier caso, tal como reconoce Bildu, "el Ayuntamiento recupera su normal funcionamiento", y ya no hay excusas para no centrarse en el trabajo para el que democráticamente han sido elegidos.