en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

lunes, 26 de septiembre de 2011

3000.-Kukutza

Entiendo a todas las partes en el tema de Kukutza. Por una parte, al Ayuntamiento, que tiene la obligación de hacer que se cumpla la ley y, por tanto, de vaciar primero y después derribar el edificio para que sus legítimos propietarios lo puedan utilizar

Por otra parte, a los ocupantes de Kukutza, que llevaban años haciendo actividades artísticas y culturales de obvio interés y que de la noche a la mañana ven cómo todo cae derrumbado por las excavadoras. 
Eso sí, la violencia está fuera de lugar y los que no están dispuestos a condenarla, pierden toda posibilidad de que les tome en serio. 

Soy de los que piensan que esto se podría haber arreglado hace mucho tiempo con un poco de estrategia y de visión de futuro. La Alhóndiga, por ejemplo, habría sido un marco ideal para acoger las actividades de Kukutza. Hoy, pese a su elevado coste, está infrautilizada y se corresponde con una concepción cultural que se puede calificar de burguesa y que ya estaba sobradamente representada en Bilbao.
Es algo que se hace, por cierto, en muchas grandes ciudades. Incluso en la ultra-conservadora Madrid hay varios edificios de propiedad pública cedidos a grupos que los auto-gestionan con relativo éxito. Por no hablar de Berlín, convertida en pocos años en la ciudad más activa artística y empresarialmente de toda Europa. 
Porque no hay que olvidarlo: creatividad y emprendizaje van muy unidos. Si queremos apostar por una juventud rebelde y dispuesta a cambiar las cosas, hay que darle los medios para hacerlo. Y si confiamos en una sociedad multicultural, tenemos que dejar que las cosas fluyan sin organizarlas en exceso. La innovación surge mucho mejor del caos.