Vivo en un pequeño municipio perteneciente a una comarca que puede tener un número de habitantes parecido a Liechtenstein. Si alguna vez se nos hubiese ocurrido retar con una selección de jugadores de los equipos de fútbol de la zona al Reino de España nos hubiesen puesto de majaderos, presuntuosos, nacionalistas trasnochados o simplemente gilipollas. Y quizás, con cierta razón.
Hoy vamos a comprobar, querámoslo o no, porque el miércoles será imposible no saber lo que haya hecho la "roja", como nuestros "aguerridos compatriotas" vapulean inmisericordes a ese grupo de jovencitos afortunados por haber nacido en el Condado de Vaduz o en sus inmediaciones y pagados por los interesados en mantener aquel maravilloso paraíso fiscal.
Desde el punto de vista humano da ganas de ponerse de lado del débil futbolísticamente hablando, pero pensándolo mejor, igual otra goleada de esas que están acostumbrados a recibir, hace replantearse de una vez a los responsables de decidir este tipo de "pan y circo" que no tiene ningún sentido promocionar estos alardes tan desproporcionados.