Por fin, de boca de algunos políticos, empiezan a oírse palabras sensaras que hablan de la imperiosa necesidad de gobiernos sólidos que faciliten la salida de este país de su actual situación y lo encamines a una estabilidad institucional que requiere de amplias reformas y acuerdos básicos, todavía treinta años después de su reimplantación.
Hoy, Urkullu confiesa la necesidad de retomar las relaciones con el PSE-EE. Me alegro. Que a los deseos acompañen las declaraciones y, a éstas, los hechos. Por fin, vuelve a hablarse de transversalidad. Amén.