Vaya por delante, nunca me han gustado demasiado los referéndums. No soy la clase de persona que está cómoda con síes y noes tajantes; cuando alguien me pregunta algo, mi instinto es siempre incluir la palabra “depende” en cualquier contestación. Un referéndum, por definición, es una pregunta que incluye respuestas cerradas, absolutas y restrictivas, sin matices. Cuando digo que confío en la democracia representativa es porque creo en votar programas e idearios políticos y gente que puede defenderlos y negociar sobre ellos, no dicotomías sin capacidad de maniobra.
Dicho esto, supongo que es hora de hablar sobre La Pregunta, o más en concreto, sobre las dos preguntas del referéndum que algunos partidos catalanes quieren plantear a los votantes: “¿Quiere usted que Cataluña sea un Estado?” y “¿Quiere que sea un Estado independiente?”. Muchos nacionalistas andaban todo excitados por la simplicidad de las preguntas, y pidiendo que dejaran votar a los catalanes para dejar las cosas claras.
La verdad, no veo la simplicidad por ningún sitio, básicamente porque es muy fácil que acabemos con un resultado incomprensible. Primero, imaginad el escenario de confusión más obvio: gana el sí en la primera pregunta, los catalanes quieren un estado, pero sale no en la segunda, no quieren uno independiente. No hay una mayoría para una secesión, pero ¿qué narices es un estado dependiente? ¿Están los catalanes por ser una estado federado, como Connecticut o Baviera? A efectos prácticos Cataluña tiene mayor autonomía política y presupuestaria que Baviera, y una balanza fiscal más favorable que Connecticut (Washington ens roba!). Ambos son estados “no independientes”. Quizás queremos ser un estado libre asociado como Puerto Rico, que tiene el “privilegio” de pagar impuestos federales pero no tiene representación con derecho a voto en Washington. Es bonito ser una colonia. Quizás nos apetece ser un estado alemán más, o quizás estamos votando a favor de ser el quinto estado de la materia (gas, líquido, sólido, plasma y ¡Catalunya!). A saber. Una Comunidad Autónoma, en muchos sentidos, tiene más poderes y atribuciones que muchos estados dentro de una federación, así que la pregunta no transmite información alguna.
Sigue en Roger Senserrich en politikon.es