Partido aburrido, soso y desesperante
hasta los diéz últimos minutos.
Menos mal que al final se ha ganado.
Y un grito desesperado del público hacia el entrenador:
"Mueve el banquillo, Pueyo, Mueve el banquillo"
Explota cinco jugadores hasta su extenuación
y mantiene "chupando" banquillo, a la mitad de la plantilla
sin jugar ni un minuto y sin explicación alguna.
Si la hay, que la dé, y entenderemos su postura.
Hoy no la ha dado. Y mientras no sea así,
su actitud es absolutamente inexplicable y reprobable.